A mitad de camino entre Pamplona y Logroño, en una zona de contacto entre la Montaña y la Ribera, se encuentra Estella, ciudad monumental nacida al calor del Camino de Santiago.

En el siglo XV se la conocía como “Estella la bella” y en la actualidad sigue haciendo honor a este adagio: es ciudad románica que atesora palacios, casas señoriales, iglesias, conventos, puentes y hermosos edificios que le han valido el sobrenombre de “la Toledo del norte”.

La ciudad, de 13.000 habitantes, le sorprenderá por su animada actividad comercial y su mercado de los jueves, el gusto por la música y el teatro, y una cuidada gastronomía.

En su paseo se cruzará con peregrinos y visitantes ávidos de conocer las viejas calles de francos y judíos, y podrá comprobar que sigue siendo actual la frase que Aymeric Picaud dijo en el siglo XI:

“Estella es ciudad de buen pan, excelente vino, mucha carne y pescado y toda clase de felicidad”.

En el centro de la Merindad de Estella, en medio de un circo de colinas bajas que la abrigan del viento, se encuentra esta alegre y cordial ciudad que ofrece a quien la visita historia y arte, animado comercio, excelente gastronomía, una variada programación cultural y hermosas tradiciones.

En Estella podrás disfrutar de su rica gastronomía en los numerosos restaurantes que ofrece la ciudad así como de un patrimonio histórico y cultural realmente único.

El museo Gustavo de Maeztu, el museo del carlismo, museo del románico en Santa María Jus del Castillo, San Pedro de la Rúa, iglesia de San Miguel, la iglesia del Santo Sepulcro, el palacio de los reyes de Navarra, calles emblemáticas como la calle de la Rúa o la calle Ruiz de Alda, un innumerable patrimonio histórico que no puedes dejar de visitar.